Llega para nosotros una época distinta donde día a día estamos viendo un cambio en la copa de la Iglesia. Nos referimos al nuevo Papa Francisco, quien está cambiando totalmente la forma de comportamiento, de pensamiento e incluso el concepto que la gente tenía de los anteriores papas.
Dejando de lado todos los lujos que le otorga se la máxima autoridad del Vaticano se ha ganado la atención de los cristianos y de los no tan cristianos. No viste ropa de marca, no lleva esos grandes collares de oro, no va en un coche blindado e incluso se acerca a las masas de personas que reclaman su atención.
Para los propios integrantes de la Iglesia es un cambio demasiado brusco y es probable que no lo veamos tanto tiempo a cargo de la Iglesia como los otros papas, ya que mucha gente padece 'miedo al cambio'. Por tanto, pensamos lo que muchos creyentes: ¿qué es la Iglesia? ¿Para qué sirve? etc. Parece que el papa Francisco le está dando por primera vez una respuesta coherente y que alegra a todos por igual. Aunque su legado no sea duradero hay una cosa que está clara: su predecesor tendrá que ser igual o más humilde que este papa si quiere ganarse la atención de los creyentes, por tanto, obligará a la Iglesia a no recaer en la rutina de papas que hablan sobre lo que la Iglesia quiere oír y que no desarrollan del todo la idea de religión de mostraba Jesús.
Está claro que este ha sido un cambio positivo, se mire por donde se mire, para una futura renovación de la Iglesia.
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